Una celebración para recordar

Escrito por:

Yessica González, Docente grado 5°

Cada 8 de septiembre, la iglesia católica celebra de manera especial la Natividad de la Santísima Virgen María, nuestra Reina y Madre.

En el marco de esta celebración los estudiantes del grado quinto, en compañía de toda la comunidad educativa, decidieron consagrarse con amor a la niña María.

Esta consagración se llevó cabo a través de una sentida Eucaristía, en ella, nuestro capellán el padre Jorge Peña, invitó a todos los niños a imitar las virtudes y bondades de la Niña María; en un primer lugar, recordó que debemos amar a Dios y a nuestros hermanos, precisó que la oración es el medio de comunicación directa con nuestro padre del cielo y que, a través de ella, podemos dar gracias por cada una de sus bendiciones recibidas. Así mismo, resaltó como virtudes de la niña María la obediencia y el cumplimiento de sus deberes escolares.

En palabras del Papa Francisco “Podemos mirar a la Virgen, pequeñita, santa, sin pecado, pura, elegida para ser la madre de Dios, y también mirar la historia que está detrás, tan larga, de siglos”, y es esa imagen la que queremos imitar, por esto llegó el gran momento emotivo, cada estudiante dijo al unísono: «Oh señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco eternamente a ti,  y en prueba de mi filial afecto te consagró en este día: mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra todo mi ser, ya que soy todo tuya, oh madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya amén».

Durante la celebración, todos los estudiantes de grado 5°, se mostraron alegres. Tenían en sus corazones la nostalgia del regreso al colegio y que mejor manera para hacerlo que a través de la celebración eucarística, en el marco de la Natividad de nuestra Virgen María y con esta nostalgia, la gracia en sus corazones, al saber que han decidido recorrer e imitarla desde su niñez, reconociendo y acogiendo como estilo de vida cada una de sus virtudes.